Ayer durante una sesión de observación y fotografía en el Observatorio de Aves El Tornillo, desde donde se observa el transcurrir salvaje de estos animales, y dándole prioridad a la vista, se demuestra que las aves, por ejemplo, si llevan 150 millones de años en el planeta Tierra es porque la Evolución le ha otorgado ese merecimiento, haciendo pruebas y experimentos perdurando aquellos resultados con más eficacia.
Lo más importante sus plumas. Las cuidan mucho y las cambian contínuamente.
Los individuos juveniles de mirlo común (Turdus merula) cuando abandonan el nido tienen un aspecto moteado pero después esas plumas son sustituidas por otras nuevas las cuales nos dan idea de su sexo.
Después continuamos con la alimentación. A lo largo de su evolución han modificado su pico teniendo en cuenta su alimentación. Por ejemplo, el papamoscas gris (Muscicapa striata), tienen el pico fino a modo de pinza para capturar los insectos de los que se alimenta.
Ahora, cuidado con los depredadores. Cuando observas a las aves te das cuenta que están en contínua alerta ya que el menor descuido le cuesta su propia vida. Están muy pendiente al cielo y para ello las aves miran hacia arriba de lado, debido a la situación de sus ojos que es diferente a la nuestra.
Verderón común (Chloris chloris)
Otra curiosidad de las aves es que cuando tienen mucha calor no sudan, lo que hacen es jadear.
Y dejamos para lo último, por ahora, el agua. Las aves sin agua no pueden sobrevivir. La necesitan para beber y para calcificar sus huesos. Desde que son juveniles y nada más salir del nido beben y se bañan por si solos.
Herrerillo común (Cyanistes caeruleus). Juvenil, bañándose.
Después de bañarse se acicalan llevándose su pico a la glándula uropigial para coger su aceite que mezclado con el agua y gracias a la acción del Sol produce una sustancia que al tragársela producen el precursor del calcio, calcificando así su esqueleto.
Gorrión, bebiendo. Realizan auténticas acrobacias para saciar su sed.
Estación Biológica de los montes de Málaga.
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