El sábado día 20 de diciembre cuando me encontraba observando y barriendo con los prismáticos, sólo, la franja de mar que se puede observar desde el observatorio de aves marinas del Paraje Natural Desembocadura del Guadalhorce, localizo en las proximidades del espigón de la Térmica, a unos 1000 metros de distancia a 2 zampullines cuellinegros pero con ellos había otra ave pardusca, mucho más grande y me daba somormujo o serreta mediana pero la longitud del cuerpo y la línea de flotabilidad me inclinaba más a serreta mediana que a somormujo. Esto fue a las 10 de la mañana. Todo esto lo tenía que comprobar por lo que tenía que ir para el espigón. Pero había un "problema", fui andando desde mi casa y con la desembocadura del río saliendo agua, había tardado 2 horas en llegar al paraje. A las 10:30 me encontré con José Luis Rodríguez y Rita García, a los que se lo comente. De todas formas estuvimos viendo más aves hasta que a las 13 horas nos fuimos para el espigón de la Térmica (Sacaba). Nada más bajarnos del coche nos pasó por delante volando: Se trataba de una serreta mediana hembra adulta ya que más tarde la vimos a unos 10 metros de distancia con la luz buena. Pico, ojos y patas rojizas y con las plumas de la nuca mucho más largas, preciosa. En estos momentos no hicimos ninguna foto. Por la tarde volví, y logre hacerle algunas fotos.
Una de sus características más sobresalientes, tiene muchas más, es su pico ictiófago, es decir, adaptado para la captura de peces de los que se alimenta, más o menos delgado y largo. Muy diferente al pico de las restantes especies de patos adaptado para alimentarse desde el punto de vista fitófago.
Una de sus características más sobresalientes, tiene muchas más, es su pico ictiófago, es decir, adaptado para la captura de peces de los que se alimenta, más o menos delgado y largo. Muy diferente al pico de las restantes especies de patos adaptado para alimentarse desde el punto de vista fitófago.
Foto: Antonio Miguel Pérez.
Uno de los comportamientos que tuvimos la oportunidad de observar fue que, en la mayoría de las ocasiones, antes de sumergirse para buscar su alimento, pequeños peces principalmente, introducía su cabeza, pico y ojos, para poder observar a sus posibles presas y, así, poder dirigir mucho mejor su ataque, minimizando sus esfuerzos de buceo.
Foto: Antonio Miguel Pérez.
Observadores: Rita García, José Luis Rodríguez y Antonio Miguel Pérez.
Autor de los textos: Antonio Miguel Pérez.
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